La cosa funciona más o menos así: cuando el terminal se enciende, el metal y el agua en el teléfono reaccionan y producen gas de hidrógeno. Ese gas reacciona con el oxígeno del aire para proporcionar energía al teléfono. Este nueva tecnología puede generar hasta 3 watios de electricidad y es capaz de proporcionar energía a un dispositivo móvil durante unas 10 horas.
Más información en: Samsung Electro-Mechanics
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